Mostraram-lhes
um papagaio pardo que o Capitão traz consigo; tomaram-no logo na mão
e acenaram para a terra, como quem diz que os havia ali.
Mostraram-lhes um carneiro: não fizeram caso. Mostraram-lhes uma
galinha, quase tiveram medo dela: não lhe queriam pôr a mão; e
depois a tomaram
como que espantados.
Deram-lhes
ali de comer: pão e peixe cozido, confeitos, fartéis, mel e figos
passados. Não quiseram comer
quase nada daquilo; e, se alguma coisa provaram, logo a lançaram
fora.Trouxeram-lhes
vinho numa taça; mal lhe puseram a boca; não gostaram nada, nem
quiseram mais. Trouxeram-lhes
a água em uma albarrada. Não beberam. Mal a tomaram na boca, que
lavaram, e logo
a lançaram fora.
Viu
um deles umas contas de rosário, brancas; acenou que lhas dessem,
folgou muito com elas, e lançou-as
ao pescoço. Depois tirou-as e enrolou-as no braço e acenava para a
terra e de novo para as contas
e para o colar do Capitão, como dizendo que dariam ouro por aquilo.
Isto
tomávamos nós assim por assim o desejarmos. Mas se ele queria dizer
que levaria as contas emais o colar, isto não o queríamos nós
entender, porque não lho havíamos de dar. E depois tornou as contas
a quem lhas dera.
Então
estiraram-se de costas na alcatifa, a dormir, sem buscarem maneira de
cobrirem suas vergonhas, as quais não eram fanadas; e as cabeleiras
delas estavam bem rapadas e feitas. O Capitão lhes
mandou pôr por baixo das cabeças seus coxins; e o da cabeleira
esforçava-se por não a quebrar. E
lançaram-lhes um manto por cima; e eles consentiram, quedaram-se e
dormiram.
La venganza del papel: Amazon abrió hoy su primera librería
Está
ubicada en el barrio universitario de Seattle, cuna de la compañía y
tendrá 6000 libros a la venta, seleccionados entre los que mejor puntaje
tienen entre los compradores del sitio
El
nombre de la librería mantiene la sencillez habitual, Amazon Books.
Cuenta con 6000 títulos según The Seattle Times, único medio
periodístico que tuvo acceso al local antes de su inauguración.
Jennifer
Cast, vicepresidente de Amazon Books, cree que el lanzamiento de esta
tienda física es fruto de la dilatada experiencia que tiene en el
sector. "Hemos puesto los conocimientos adquiridos durante de 20 años
vendiendo libros online en una tienda, de modo que se integran los
beneficios de la compra en Internet y en el mundo físico", explica en el
blog de la empresa.
Los
libros expuestos -que se venden al mismo precio que en la Web- son
elegidos en base a la valoración de los que lo han comprado ya por
Internet (de 4.8 puntos o más), la cantidad de reservas previas al
lanzamiento y la popularidad cosechada en Goodreads, una red social de
lectores también propiedad de Amazon. En los estantes, entre los
carteles que indican los géneros de las obras, figuran en extractos de
las reseñas que los compradores hicieron de los volúmenes destacados por
los vendedores de Amazon Books.. La tienda no sólo ofrece libros:
también libros electrónicos, tabletas Kindle y su FireTV, para ver
contenido multimedia y series en la televisión.
La
apertura de la tienda no está exenta de polémica. El sector librero
acusa a Amazon de haber provocado el cierre de incontables negocios en
su país en con su agresiva política de precios. La compañía de Jeff
Bezos (también dueño de The Washington Post) defiende su política y le achaca la crisis a una disrupción generada por el avance tecnológico.
Aunque
se desconoce si hay planes para abrir otras librerías físicas en los
Estados Unidos si la de Seattle resulta un éxito, analistas consultados
por el periódico británico The Guardian
afirmaron que la decisión de abrir el negocio demostraba las
coincidencias cada vez mayores entre los métodos e intereses del
comercio electrónico y el minorista.